sábado, 29 de marzo de 2008

25 de Marzo del 2008 ¡Gran Fiesta Por la Vida!

El pasado martes 25 de Marzo, día del Niño Por Nacer, nuestro Centro Materno Infantil se unió a las actividades que se realizaron en la Diócesis de Lurín y Celebró este día junto al Obispo Mons. Carlos García Camader, esta fiesta por la Vida; en el cual participaron con mucho entusiasmo nuestras madres gestantes en estado de "Buena Esperanza". Ellas no sólo participaron de la Eucaristía sino que recibieron la Bendición de sus vientres .
















No podemos dejar de agradecer a todas aquellas personas que como todos los años generosamente nos hacen llegar sus regalos para hacer posible que cada una de nuestras madres gestantes al final de la Eucaristía y bendición se lleven un recuerdo de esta actividad , consistieron en ajuares de bebé que nuestras mamis recibieron con mucha alegría y una cuna que se sorteo entre las más de 50 mamis en estado de buena esperanza.




























viernes, 21 de marzo de 2008

Relación entre el Aborto y la Salud Mental

Autor: David Fergusson Fuente: Journal of Child Psychology and Psychiatry

La relación entre aborto y salud mental

Fergusson, que se declara ateo y partidario del aborto, dice que él ha sido el primer sorprendido por los resultados, pero que hubiera sido una grave "irresponsabilidad científica" no publicarlos

Según un estudio neozelandés publicado en el "Journal of Child Psychology and Psychiatry", cuando una mujer joven aborta incrementa significativamente el riesgo de padecer problemas mentales. Según los investigadores, el 42% de las mujeres que se habían sometido a un aborto antes de los 25 años experimentaron una depresión en los cuatro años siguientes.
El estudio (1) está dirigido por David Fergusson, psicólogo y epidemiólogo. Los datos del estudio están tomados del seguimiento de una cohorte de 1.265 niños desde que nacieron en Christchurch (Nueva Zelanda) en 1977. Los investigadores comprobaron que el 41% de las mujeres que permanecían en la cohorte habían quedado embarazadas antes de cumplir 25 años y que el 14,6% habían abortado.
Aquellas que habían abortado tenían una tasa significativamente mayor de problemas mentales. Esa tasa del 42% de depresiones casi duplica la de las mujeres de la misma edad que nunca han estado embarazadas y es un 35% más que las que decidieron seguir adelante con el embarazo. Otros problemas detectados, aparte de la depresión, son ansiedad, tendencia suicidas y abuso de alcohol o drogas.
Fergusson, que se declara ateo y partidario del aborto, dice que él ha sido el primer sorprendido por los resultados, pero que hubiera sido una grave "irresponsabilidad científica" no publicarlos, a pesar de que pudieran provocar controversia. "Por hacer un paralelismo, si hubiéramos descubierto un efecto secundario negativo de un medicamento, tendríamos la obligación ética de publicarlo", dice. No obstante, no ha sido fácil: "Tuvimos que acudir a cuatro publicaciones, lo cual es insólito pues normalmente aceptan nuestros estudios a la primera", afirma el profesor ("The New Zealand Herald", 5-01-2006).
Al parecer, es frecuente que los investigadores que trabajan en la relación entre aborto y salud mental tengan una perspectiva favorable a la vida y sean acusados de llegar a conclusiones basadas en "pruebas poco sólidas o en sus creencias religiosas". "Nadie puede acusarme de eso –dice Fergusson–; estoy a favor del aborto pero es probable que haya revelado unos datos que favorezcan la perspectiva pro-vida. No actúo al dictado de intereses ideológicos: hago lo científicamente posible con un problema difícil".
El equipo reconoce que no esperaban encontrar ninguna relación entre aborto y enfermedades mentales, pero ha sido al revés. Si no han esquivado el fuego de las críticas ha sido porque la salud de la mujer está en juego. "Es escandaloso que la operación quirúrgica que se realiza en una de cada diez mujeres esté tan poco estudiada y evaluada", afirma Fergusson.
Una de las críticas al estudio es que no es totalmente concluyente. Esto irrita al profesor: "Nada en la ciencia es totalmente concluyente: es acumulativo. Nuestro estudio demuestra una fuerte relación entre someterse a un aborto y padecer una enfermedad mental", concluye. Fergusson mantiene que los resultados no pueden discutirse alegando que esas mujeres tenían ya problemas mentales. "Sabíamos qué personas tenían esos problemas antes de que estuvieran embarazadas. Hemos tenido en cuenta su contexto social, educación, etnia, la salud mental previa, el haber sufrido abusos sexuales y otros factores". El estudio continuará el próximo año, para averiguar más detalles sobre la influencia del aborto.
En Nueva Zelanda se realizaron 18.211 abortos en 2004, el 98% por riesgo de la salud mental de la mujer. Pero el estudio ahora publicado pone en cuestión precisamente que el aborto pueda mejorar la salud mental. Un paso más en el razonamiento del profesor le lleva a que la idea de que el embarazo puede provocar riesgo para la salud mental está "basada en conjeturas". Nadie ha examinado la relación entre coste y beneficios. "Si la legislación se basa en razones sanitarias, se debe estudiar más a las mujeres que han abortado", termina.
(1) "Journal of Child Psychology and Psychiatry", volume 47, nº 1, Enero 2006, pp. 16-24.

jueves, 20 de marzo de 2008

Día del Niño por Nacer 2008



La celebración del “Día del Niño por Nacer” nos invita a contemplar el periodo de tiempo que todo hombre y mujer ha vivido hasta antes de abrir sus ojos al mundo creado. El progreso de la tecnología va haciéndonos más familiar y cercana aquella criatura que está en espera de nacer, descubriéndonos más rasgos de su rostro humano.
El hombre, buscador de la verdad, investiga los primeros instantes de la existencia del ser humano, cuando éste apenas es una célula; y así hoy sabemos que existe un fino diálogo de moléculas bioquímicas entre el cuerpo de la mujer madre y su minúsculo hijo, una realidad que la ciencia contempla maravillada. Por otra parte, se ha logrado que bebes nacidos muy prematuramente —que antes teníamos que conformarnos con ver agonizar— puedan ahora vivir; que enfermedades congénitas —que antes inevitablemente se agravarían a falta de una cura temprana— sean ahora vencidas por intervenciones médico-quirúrgicas dentro del seno materno. La ciencia se abre así a la verdad del niño por nacer —desde el tiempo cero de su existencia, hasta sus últimas semanas de vida intrauterina— y constata lo que él es: un ser humano, tan miembro del género humano como uno ya nacido.
El niño por nacer no es asunto de opinión, no es una fantasía, ni una ilusión; tiene todo el peso y toda la fuerza de la realidad que no se puede ignorar ni ocultar a la razón humana. De ello se sigue que la inviolabilidad de la vida humana naciente no es sólo un mandamiento de la fe cristiana, sino una ley natural inscrita en lo profundo del corazón de todo hombre y mujer, válida para creyentes —de cualquier credo— o agnósticos.
Fiel a su ministerio, el Santo Padre Benedicto XVI ha hablado recientemente de la necesidad del coraje y de la valentía por buscar la verdad, alentado a “mantener despierta la sensibilidad por la verdad”, insistiendo en “invitar una y otra vez a la razón a buscar la verdad, a buscar el bien, a buscar a Dios”.
Acojamos ese llamado, abrámonos a la verdad del niño por nacer y seamos coherentes con ella. Ello implica decirle “no” a la mentira del aborto, al engaño de la fertilización in vitro, a la infame manipulación de embriones; porque inevitablemente comportan la muerte de un ser humano. Esos niños —embriones o fetos— tienen derecho a ser tratados según su dignidad y a nacer.
La verdad de la Vida que hoy resucita y se alza triunfadora del pecado y de la muerte brillaba ya en el seno purísimo de María Virgen, cuando con su “sí” generoso aceptó ser la madre de ese niño por nacer que era el Hijo de Dios. Que Ella proteja a los pequeños que en nuestro país corren el riesgo de ser impedidos de nacer al mundo; y a nosotros nos obtenga la gracia de mantenernos fieles a la Verdad y de comprometernos con la Vida.

Comisión Episcopal de Familia y Defensa de la Vida